El Barcelona arrasa a un Real Madrid desaparecido durante todo el partido. No es que el Madrid no acertara: es que a duras penas llegó a chutar a puerta. El equipo local anuló completamente al visitante y se lleva, además del 5-0, tres puntos que le sirven para colocarse el primero en la Liga.
En esta ocasión, el clásico sólo tuvo un color. El Barça acabó con las aspiraciones del rival casi des del primer momento y a escasos diez minutos del inicio del partido Xavi adelantaba a su equipo en el marcador. Antes del final de la primera parte, y con timidísimas respuestas por parte del conjunto blanco, Pedro materializaba el segundo tras un rechace de Casillas (m. 18). La situación ya hablaba entonces por sí sola, pero aún quedaba mucho por ver.
Al retorno del descanso, el Barça, relajado, tuvo tiempo de marcar otros tres: dos de Villa (minutos 55 y 57) y uno de Jeffren en el tiempo de descuento (m. 91). El Madrid siguió sin aparecer durante toda la segunda parte y el buen juego del Barça no propició un resurgir blanco, que se hacía más improbable a cada minuto que pasaba de espectáculo del Barcelona. El equipo local jugó como quiso, al toque, sin excesivas presiones, mientras realizaba una labor defensiva que cortaba casi todas las acciones del Real Madrid antes siquiera de que estas tomaran forma.
El partido, eso sí, contó con el protagonismo de Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos por motivos bien distintos a los estrictamente deportivos: el primero empujó a Guardiola cuando éste no le dio el balón durante un saque de banda, hecho que le valió una tarjeta amarilla (m. 32) y el segundo realizó una dura entrada a Messi y agredió a Pujol, defensa del Barça y compañero en la selección española. A causa de esta acción Ramos vio la tarjeta roja en el tiempo añadido (m. 92).
Sergio Ramos agrede a Puyol.
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