domingo, 2 de octubre de 2011

El enigma de la falla de Amigara

No, este post no trata sobre periodismo de lo desconocido ni comenzará con un bienvenidos a la nave del misterio o similares, sino que se trata de la recomendación de una obra de ficción –un manga, concretamente–. Dicho esto, y antes de que alguien se sienta engañado, que dé comienzo el post.

Después de comenzar un nuevo curso y volver a la rutina –básicamente, a hacer cosas en general– llega el momento de ir cogiendo ritmo y comenzar a actualizar esto, que si no cada vez irá costando más. Solo mencionar dos cosas antes de entrar en materia: pretendo que esto sea una entrada bastante suave –en lugar de comenzar directamente a saco con análisis sesudos de la realidad y mi desagradable visión del mundo, he preferido reinsertarme en esto con una simpática recomendación– y desde luego no prometo mantener un ritmo de actualización de vértigo. Pero al menos espero que no pasen otros cuatro meses hasta la siguiente cosa que se me pase por la cabeza estampar aquí.

Bien. Como ya he avanzado, pretendo dar a conocer un manga que he leído hoy y que, de hecho, también he descubierto hoy. Se trata de El enigma de la falla de Amigara, de Junji Ito, un one-shot de ficción muy breve –unas 30 páginas con más bien poca letra– y con un argumento que comienza siendo tan misterioso que parece sencillamente estúpido. ¿Y dónde está la gracia entonces? Pues la gracia está en que a pesar de su brevedad, si el lector es un poco impresionable le puede dejar bastante mal cuerpo. Y si no lo es, seguro que algo le sugiere. Hay incluso quien se atreve a catalogarlo como una obra de terror curioso –no hay sustos ni sangre ni hostias, pero algo de agobio, vacío y sensaciones oscuras, hay–. Yo prefiero decir que me ha parecido bastante bueno, entretenido y que la viñeta final es una de las cosas más grotescas –que no gore– que he tenido el placer de encontrarme en un manga –ahí lo dejo, pero prometo que algún día trataremos algo de Hideshi Hino–.

La portada de la cosa en cuestión.

En fin, ya dije que esto iba a ser corto –para los tochos que suelo hacer yo, y el que no se lo crea que busque por ahí–. No dije que iba a ser raro, pero eso que os lleváis.

Ah, si alguien decide leerlo –sin duda sería todo un acontecimiento que alguien se tomase en serio una de mis recomendaciones–, cómo obtenerlo corre de su cuenta, pero hay un antiguo proverbio chino que puede resultar de ayuda en estos casos: Google es tu amigo. Y sobre todo convendría recordar que los bocadillos y viñetas se leen de derecha a izquierda, ya que en caso contrario puede resultar una obra confusa y grotesca, pero no de la forma esperada. Yo aviso.

3 comentarios:

  1. De izquierda a derecha es la lectura normal occidental... no? xD

    Y podrías adjuntar el link, rancio.

    Me mola lo de reinsertarte, a ver si va en serio

    http://egarenc.blogspot.com

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  2. Lo del link, va venga, que es poner el título de la obra en Google y te sale directamente ahí, no me pidas más :/

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