domingo, 11 de diciembre de 2011

Los países del euro avanzan con más austeridad

Crisis en la Eurozona

La Cumbre del Euro acuerda un nuevo pacto fiscal más restrictivo sin el apoyo del Reino Unido

A finales de noviembre, la situación en la Eurozona se agravaba. Ya no se trataba simplemente de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia, España y adicionalmente Irlanda) y su “miopía periférica”, sino que incluso los países más aventajados se resentían por la crisis financiera. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya avisó a 28 de noviembre de que el fantasma de la recesión planeaba sobre Europa, y sus líderes indiscutibles (impuestos por ellos mismos, pero indiscutibles), Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, dejaban claro que llevarían a la UE al límite con sus políticas de ajuste. Así pues, la UE vivió un periodo crítico en los días anteriores a una Cumbre para salvar la Zona euro que culminaría este 9 de diciembre.

Sarkozy estrenaba el mes de diciembre con una de sus palabras favoritas: refundar. Refundar Europa era su objetivo, y dejaba claro que no lo haría sin el apoyo de la Alemania de Angela Merkel. Mientras tanto, el presidente en funciones español, José Luis Rodríguez Zapatero, y su sucesor en el cargo y rival político, Mariano Rajoy, acordaban una postura común.

Ya antes de la cumbre, el BCE hacía frente a la crisis. El 3 de diciembre, su nuevo presidente, Mario Draghi, bajaba los tipos de interés del 1,5% al 1,25% para espantar la amenaza de recesión y oxigenar la economía europea. Las bolsas reaccionaban favorablemente, pero el organismo advertía: “se trata de una medida temporal y limitada”. Un día después, la ministra de Trabajo del gobierno tecnócrata italiano lloraba al intentar explicar las duras medidas adoptadas en su país: entre otras, el retraso en la edad de jubilación y la congelación de las pensiones.
La sede del BCE, en Francfort - Foto: AP
Con esta situación, el lunes 5 de diciembre comenzaba la semana decisiva para el euro. La UE había podido con los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal, pero un derrumbe de Italia podría sobrepasar las capacidades de la Eurozona. Mientras tanto, Alemania seguía pidiendo a los estados austeridad y cesión de soberanía a favor de un mayor control por parte de Bruselas. Al día siguiente, la agencia de calificación estadounidense Standard & Poor’s daba perspectivas negativas a 15 países de la zona, entre ellos Francia y Alemania, ambos con la calificación máxima, Triple A. El día 7, S&P amanecía con una nueva amenaza: la de rebajar la nota máxima al fondo de rescate europeo.

Se llegaba así a la esperada Cumbre, que se desarrolló tal como se esperaba. La conclusión: más federalismo, mayor poder central, sanciones a los países con un déficit superior al 3% del producto interior bruto (PIB) y un techo máximo de deuda pública de 60%. Un nuevo pacto fiscal internacional aprobado no por 27, sino por 26; entre ellos, los 17 del euro. ¿La nota discordante? El Reino Unido del conservador David Cameron. La tercera economía de la región se quedaba así fuera del acuerdo “para defender sus intereses”, que no pasaban por admitir el sometimiento de su economía a los dictados de Bruselas. Aunque su colega en el gobierno, el liberaldemócrata Nick Clegg, no opine de la misma forma.

Finalmente, no se logró comprometer al BCE para que interviniera más en los mercados de deuda, aunque Mario Draghi celebró la creación de la “base de un pacto fiscal” como un “muy buen resultado”. Aun así, Merkel y Sarkozy consiguieron salirse con la suya, y parece que a Europa le espera, a partir de ahora, una época de austeridad y control estricto de la deuda pública. Si resulta ser el camino correcto, eso ya es otro asunto. Otro asunto muy discutible.

1 comentario:

  1. Això del pacte fiscal internacional té la seva gràcia xD. Si aquí no som capaços de tenir-lo dins d'un estat, entre 27 de diferents ho veig complicat...

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