lunes, 7 de octubre de 2013

Apadrina un reloj: el curioso caso de 13 TV

Suelo tener por norma no meterme con (ni, yendo al otro extremo, alabar porque sí) lo que no conozco bien. Pero hay pequeñas anécdotas que, a veces, lo mosquean a uno. Como una cadena de televisión cristiana que anima a apadrinar niñas por 18 euros al mes y acto seguido te planta un lujoso reloj que cuesta un pastizal en los morros.

Porque ellos también necesitan amor. / business2community.com

En mi casa, este viernes por la noche estaba puesto 13 TV por algún motivo. Baste decir, como guía orientativa para los no familiarizados con el canal, que ideológicamente es Intereconomía controlado por la Conferencia Episcopal. Una COPE en pantalla de plasma. Y en España asumimos que no podría ser de otra manera. Nadie se plantea que los obispos sean accionistas mayoritarios de un canal progresista.

El caso es que durante las noticias dieron paso a una gala solidaria que no tenía nada de raro. La idea: 'apadrina a una niña del tercer mundo para que no tenga que casarse con diez años y ser una esclava toda su vida', más o menos. Eran 18 euros al mes por una iniciativa muy bonita (no creo que nadie se opusiera a esto) y precisamente muy cristiana. Porque asumo que uno de los mensajes centrales de Jesús es precisamente éste. Compartir con los que menos tienen. Incluso la encargada de retransmitir desde el centro de llamadas, Irma Soriano, hizo hincapié en esta idea.

Y, aun así, un minuto después, oh, la ironía. Un relojazo de Galería del Coleccionista de los que se pagan a crédito. No son baratos. La idea que uno sacaba de la secuencia completa era algo así como 'échanos una mano con 18 euros al mes. No, espera, mejor gástate cien veces más en esto que lo puedes llevar encima y queda bastante guapo'. Y también suena de lo más normal, al menos para mí. Una cadena controlada por la alta jerarquía católica española anuncia bienes de lujo. Pues claro, cómo no.

Porque ellos todavía necesitan amor. / Omega Watches

Entonces, ¿no falla algo aquí? Que es legal, seguro. Que es contradictorio y hasta inmoral, en mi humilde opinión, también. Pasar en un minuto del puro altruismo espiritual al consumismo más pijo parece casi tan natural como aquello de condenar el juego por internet y después anunciar que has montado un bingo. O lo que es lo mismo. Palante, ¿no? Pues no lo es. No debería serlo.

El problema no es solo circunstancial y digno de salir en un programa de zapping. El problema tiene algo más de fondo. Porque en teoría no hay nada más cristiano que compartir y ayudar y ser espiritual, pero en la práctica la imagen que recibo es que no hay nada más católico en España que llevar un relojazo y apoyar doctrinas que tienen poco de humanitario. Al fin y al cabo la tele es un negocio, y el público de 13 TV, al menos parte de él, puede estar interesado en algo opulento y llamativo porque puede permitírselo. Es un razonamiento realista, pero no muy bonito. Y no pregunten aquí por el Evangelio.

A falta de que la Conferencia Episcopal decida ser un poco más cristiana, mientras tanto la prédica como la actuación sigan siendo tan contradictorias en sí mismas, imagino que esta clase de situaciones seguirán siendo inevitables. Mientras el nuevo Papa dice que la Iglesia tiene cosas más importantes de que preocuparse que jugar a la Inquisición y convencidos católicos son capaces de actuar como alguien que vive en el siglo XXI, otros se dedican a hacer del fausto su bandera. Supongo que también hay que apadrinar relojes.

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